Con especial dedicatoria a Pablo, María Inés e Isabel.
fotografía de diciembre 2004
Lo que he aprendido en mis años de vida y el decálogo de consejos que deseo guarden en su corazón:
- Ama al Señor tu Dios con toda tu mente y con todo tu corazón. Habla con Él durante tu día y todo estará bien.
- A Dios orando y con el mazo dando. Prepárate, cree en ti, has declaraciones de fe, ¡pero pon manos a la obra!. Si un gigante viene contra ti demeritandote, sal a su encuentro y dile “Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de mi Dios, a quien tú has provocado. Él te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y toda la tierra sabrá lo maravilloso que es mi Dios”. Pero además de hacer y creer esa declaración ¡tira la piedra!. Nunca, jamás te dejes vencer por nada ni nadie. Si perdiste un examen, estudia más duro. Si te sientes vencido en el deporte entrena más duro. Si te rechazan analiza más, insiste, persiste más. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama la puerta, se le abrirá.
- Rechaza los pensamientos de derrota. En tu mente siempre tendrás pensamientos de éxito y pensamientos de fracaso. Dios dice cosas maravillosas para ti. El enemigo piensa todo lo contrario, ¿a quién le harás caso?.
- Envisiona grandes cosas en todas las área de tu vida. Si tus sueños son pequeños, haces a Dios pequeño.
- Aprende a diferenciar a la gente sabia, la gente necia y a la gente mala. Reúnete con gente sabia y serás más sabio. Considera a la gente mala como tus verdaderos enemigos, aléjate de ellos. Si te corresponde enfrentarles hazlo con gallardía y estrategias de guerra, no con ingenuidad. Prepara tu batalla con antelación.
- Siempre se amable y trata con deferencia a todas las personas. La vida da muchas vueltas y el mundo es un pañuelo. Si has tenido una discusión o malentendido con alguien, resuélvelo. La persona con quien conversas hoy puede llegar a ser alguien que te catapulte o te bloquee en el futuro. Nada te abrirá más puertas que las buenas relaciones interpersonales.
- Haz las cosas con absoluta excelencia. No las hagas para complacer a la gente, sino para complacer a Dios. Los buenos frutos toman su tiempo. Jamás serás defraudado si siembras con excelencia. En todo lo que hagas, siempre entrega más que los demás. La diferencia entre lo ordinario y lo extraordinario está en lo EXTRA que des.
- La verdadera felicidad no sólo está en las cosas materiales. Balancea tu vida. Es muy importante tu desarrollo profesional pero también tu espiritualidad, tu salud, tu familia, tus amigos, tu descanso y tu crecimiento personal.
- Atrévete a fallar y aprende de tus errores. Atrévete a conocer cosas nuevas. Atrévete a reinventarte constantemente. Lo desconocido puede ser maravilloso. No tengas miedo del camino, ten miedo de no caminar. Te garantizo que te arrepentirás más de lo que no te atrevas a intentar que de lo que intentes y llegue a fallar.
- Vive la vida como si supieras que morirás mañana. Disfruta cada momento. Besa y abraza a la gente que amas por lo menos una vez al día. Se agradecido en exceso. Ve todo lo que tienes con gratitud, no lo que te hace falta con reclamos. Aprende a llevar todas tus cargas, aflicciones, estrés, ansiedad y preocupaciones, todos los días a Jesús. Rechaza la arrogancia. Dar es el antídoto más efectivo para evitar la arrogancia. Se humilde siempre.
Mama agregaría un complemento:
- Disfruta y maravíllate con cada amanecer y con cada atardecer. Disfruta el aire fresco, los paisajes, las flores. Que tus ojos siempre se sorprendan y se extasíen con las pequeñas cosas y los milagros que suceden cada día alrededor de ti. Viaja, come rico y disfruta con la gente que amas.