Dr. Andres Panasiuk
Libro escrito en genero literario de novela por Andrés Panasiuk, cuyo mensaje central son las lecciones de la destrucción y restauración económica de la parábola del hijo pródigo relatada por Jesús según el evangelio de San Lucas, capítulo 15. La novela se desarrolla a partir del 18 de septiembre del año 634, día que la ciudad de Damasco cayó derrotada durante la conquista musulmana de Siria. Damasco era la parte oriental del Imperio romano que perduró durante toda la Edad Media y el comienzo del Renacimiento. Este imperio se ubicaba en el Mediterráneo oriental. Su capital se encontraba en Constantinopla.
El personaje principal de la historia es mentoreado por un tutor delegado por su padre acerca de 5 leyes para destruir riqueza y 5 leyes para generar riqueza que se obtienen de estudiar la Parabola del hijo pródigo. A continuación la lectura de la parabola en el Evangelio según San Lucas Capítulo 15, Versión Reina Valera 60:
Parábola del hijo pródigo
11 También dijo: Un hombre tenía dos hijos; 12 y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. 13 No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. 14 Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. 15 Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. 16 Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. 17 Y volviendo en sí, dijo: !!Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! 18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. 19 Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. 20 Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. 21 Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. 22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. 23 Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; 24 porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.
1. LA LEY DEL CORAZÓN INFELIZ
…aun teniéndolo todo, el muchacho se sentía infeliz; no encontraba la satisfacción personal en su vida. La ley del corazón infeliz es un problema que viene aquejando a la humanidad desde los tiempos de Adán y Eva. Es la desobediencia al principio universal y eterno del contentamiento.
EL PRINCIPIO DE CONTENTAMIENTO
La mayoría de los problemas económicos que tienen las familias y los Mercaderes del Reino están directamente relacionados con la violación al principio del contentamiento. Es un principio eterno que los seres humanos tenemos tendencia a olvidarnos de enseñar a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos. Cuando tus hijos te pregunten: “Padre, ¿Qué significa el principio del contentamiento?”, tu responderás:
El principio del contentamiento dice que cada uno de nosotros debe aprender a ser feliz en el lugar económico en el que la vida lo ha colocado.
CONTENTAMIENTO NO ES CONFORMISMO
Ninguna persona en el mundo puede llegar a ser realmente rica y exitosa si primero no ha vencido la ley del corazón infeliz, aplicando a su vida el principio del contentamiento. Por esa razón, en el mundo de la política y de los negocios existen tantos “ricos pobres” (personas que aparentan tener fortunas pero están profundamente endeudadas) y tantos que, cuando vemos sus vidas, decimos: ¡pobre rico!
Presta atención a los siguientes proverbios:
La vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee (Lucas 12.15)
El dinero es un muy buen esclavo, pero no es un mal amo.
Hay cinco cosas que el dinero no puede comprar:
El dinero puede comprar una casa, pero no puede construir un hogar.
El dinero puede comprar una cama, pero no puede darte el sueño.
El dinero puede comprar un reloj, pero no puede comprar más tiempo de vida.
El dinero puede comprar educación, pero no puede comprar sabiduría.
El dinero puede comprar mujeres de la vida, pero no puede comprar amor.
Para vencer a la ley del corazón infeliz medita en el concepto del contentamiento y no del conformismo.
Estar contentos con nuestra posición en la sociedad no significa que debemos tener una actitud conformista con respecto a ella.
El conformista se amolda a su miseria y se da por vencido frente a la primera señal de oposición o frente a la crisis que se le avecina. Nosotros nunca debemos ser así. Nosotros debemos perseverar hasta triunfar, buscando siempre mejorar el nivel de excelencia con el cual vivimos.
Sin embargo, vivir contentos significa aprender a encontrar la felicidad en cada etapa económica de la vida: cuando tenemos poco y cuando tenemos mucho, cuando los tiempos son buenos y cuando son malos, en abundancia y en necesidad; porque, como nos enseña Saulo de Tarso, “todo lo podemos en Cristo que nos fortalece”. (Filipenses 4.13)
LA TAREA MAS IMPORTANTE DE LA VIDA
Además, debes recordar que la tarea más importante en la vida es, precisamente, vivir; y vivir para el propósito de Dios.
Debes aprender a vivir…y a vivir abundantemente. Para ser feliz a pesar de las circunstancias y aprender a disfrutar de tu vida en forma abundante, debes saber la diferencia entre las cosas trascendentes y las intrascendentes.
Las cosas trascendentes son las cosas que vivirán más allá de tu propia existencia: tu legado, lo que siembres en las vidas de tus hijos, el amor, tus relaciones personales, tu relación con Dios…
Las cosas intrascendentes son aquellas que no serán relevantes más allá de tu propia existencia: el dinero, tus posesiones, tus estudios, tu posición social…
El problema con muchas personas que quieren alcanzar el éxito económico actualmente es que están sacrificando lo trascendente sobre el altar de lo intrascendente.
2. LA LEY DEL ALMA IMPACIENTE
En la parábola del padre amoroso, lo primero que llevó al hijo menor por el camino de la destrucción económica es el haberse permitido tener un corazón infeliz insatisfecho con las cosas que ya tenía. Lo segundo que lo llevó a la ruina es el haber tenido un alma impaciente.
Este joven ya tenía asegurada una herencia; sin embargo, él no quería esperar a que su padre falleciera para recibirla. En lo profundo de su ser en su alma, sufría de impaciencia crónica; y esa impaciencia lo llevaría, finalmente a la destrucción económica.
Dice la Escritura: “Un día, el hijo más joven le dijo a su padre: “Papá, dame la parte de tu propiedad que me toca como herencia”.
El joven no solamente demostró un alto nivel de impaciencia con respecto al tiempo del traspaso de la herencia, sino que, una vez que le fue entregada, vendió inmediatamente todas las posesiones recibidas.
Un alma impaciente te llevará indefectiblemente al desastre. Decía el sabio rey Salomón que “los planes del diligente de seguro llevan a una persona por el camino de la abundancia, pero todo aquél que se apresura alocadamente, ciertamente termina en la pobreza”.
A partir de este día, tú deberás considerar el manejo del dinero y el manejo de los negocios con una perspectiva de largo plazo. No mirarás solamente lo que es conveniente en el presente. Considerarás lo que es conveniente en el resto de tu vida, e incluso qué es conveniente para tus hijos y los hijos de tus hijos.
No siempre las ganancias rápidas son lo mejor. Considera la siguiente historia:
Un mercader llegó hasta el palacio de un rico comerciante, y le dijo: “Vuestra merced es el hombre más rico que ha existido en la historia de estas tierras. Yo soy un simple inversor. Le propongo un trato: Hoy yo le daré 500,000 denarios. A cambio usted me dará mañana uno; pasado mañana, dos; al tercer día, cuatro; luego, ocho, y así duplicará la cantidad de denarios que me entregue cada día durante los próximos treinta y dos días. ¿Qué le parece? El segundo mercader acepto inmediatamente, y esa noche fue a celebrar con su familia la estupidez del primero, que le regaló tal suma de dinero a cambio de tan poco. ¿Quién hizo el mejor negocio?
3. LA LEY DEL ESPIRITU LIBRE
El hijo infeliz e impaciente tomó el dinero que había recibido por la venta de la herencia de su padre y… se fue lejos a otro país.
La decisión dejar el suelo paterno y mudarse a un país lejano demuestra que no quería ser responsable delante de nadie por la forma en que iba a tomar decisiones financieras. Él tenía en su mente una idea clara de lo que deseaba hacer y no quería que nadie lo criticara.
Cuando este joven dejó su tierra, también dejó atrás a la gente que más lo amaba y la única oportunidad de escuchar la voz de alguien que lo llamara a la reflexión. Quizá las cosas que le hubieran dicho sus familiares y amigos no habrían sonado muy agradables a su oído, pero tal vez le habrían salvado de la destrucción económica.
La gente que más te ama es la gente que también está dispuesta a decirte las cosas más difíciles. “Más te quiere el amigo que te hiere, que el enemigo que te besa,” decía el rey Salomón.
Tú nunca podrás ser económicamente exitoso a menos que estés dispuesto a escuchar a otros. Debes estar dispuesto a escuchar lo que otras personas sabias te digan con respecto a la forma en que estés conduciendo tus negocios, aunque no estén de acuerdo contigo.
El espíritu de independencia es el espíritu que llevó a Lucifer a perder su posición en el cielo y a rebelarse contra el Creador del universo.
Para lograr vencer un espíritu independiente debes elegir algunas personas de absoluta confianza, con quienes puedas ser transparentes en tus manejos económicos. Serás honesto con ellas y escucharás siempre con un corazón abierto sus opiniones. No tendrás que hacer siempre lo que ellos te digan, pero deberás oírlos.
Buscaras concejos, porque en la abundancia de consejos es donde se encuentra la sabiduría.
Serás victorioso si te rodeas de buenos consejeros.
Aparte del consejo de las Escrituras, que te deberán guiar en todos los actos de tu vida, en primer lugar, buscaras el consejo de tu esposa. Este es un gran secreto: los hombres que buscan el consejo de sus esposas siempre toman mejores decisiones que los que no lo hacen. Ella es hueso de tus huesos y carne de tu carne. Tú eres una sola carne con ella y no debes esconder de ella la forma en que tomas decisiones económicas.
No hay nadie en este mundo que quiera más tu éxito que tu propia esposa. Ella convive contigo, ha tenido sus hijos contigo y su propia vida depende de que tu triunfes. Ella te ama como nadie en este mundo. Tu esposa es tu ayuda idónea. Dios te la ha da como un complemento a tus habilidades personales. Sus fortalezas son tus debilidades y tus fortalezas son sus debilidades. No la maltratarás por eso. No competirás con ella. Buscarás complementar mutuamente las fortalezas de cada uno. Este es un gran secreto que te hará más triunfante que la mayoría de los hombres de este mundo.
Además de tu esposa, buscar consejo de tus padres. Debes honrar a tu padre y a tu madre para que tus días sean largo sobre esta tierra. Ellos tienen algo que tu no tienes: la experiencia. Han visto muchas cosas pasar en la vida y pueden darte la perspectiva de la historia, con la madurez y sabiduría que sólo dan los años.
Así que cuéntales a tus padres las decisiones que estás tomando y busca su sabio consejo.
En tercer lugar, debes buscar el consejo de hombres honestos, íntegros y que tengan un buen corazón. Su integridad y honestidad te ayudarán a ser lo correcto, en lugar de lo conveniente.
Integridad es: hacer lo que se debe hacer, como se debe hacer, cuando se debe hacer, se conveniente o no.
La integridad de tu corazón guardará tus pasos y te dará, finalmente, la victoria, aunque tal vez no la veas durante los días de tu vida.
En cuarto lugar, debes buscar el consejo de hombres sabios en el área específica en la que necesites tomar tus decisiones económicas. Búscalos. Mantenlos cerca de ti. Escúchalos y no tengas reparos en recompensarles por sus buenas recomendaciones. Sus consejos te ahorrarán dolor y mucho, mucho dinero.
Finalmente, nunca consultes a adivinos, brujos, hechiceros, magos, ni a nadie que consulte los espíritus, ni te involucres en sortilegios o hechicerías, para atraer dinero o mejor suerte a tus negocios a tu familia. Eso está terminantemente prohibido en los libros de la Ley de Dios.
4. LA LEY DE UNA MENTE DESORGANIZADA
La cuarta ley irrefutable para la destrucción económica es la ley de una mente desorganizada. Es de notar que la parábola que nos contará el Maestro dice que el jóven insensato se fue a un país lejano….”Y… allá se dedicó a darse gusto, haciendo lo malo y gastando todo el dinero.”
Esto muestra claramente un estado mental desordenado que lo llevó a derrochar el dinero en forma irresponsable. Tú no serás así. Desarrollarás un carácter ordenado y establecerás un plan para controlar los gastos de tu caso y de tu negocio.
El universo fue creado cuando, del caos, Dios estableció orden; y, desde entonces todas las cosas creadas tienen un orden específico. Los cielos tienen un orden, la tierra tiene un orden, el mar tiene un orden y todos los seres vivientes viven gracias a que mantienen un determinado balance y orden de sus vidas. El propósito del orden es acceso. El orden te permitirá tener acceso a información, e información es poder: poder para entender, para saber qué propósito del orden, entonces, no es solamente acceso, sino también conocimiento. Ordenarás tu vida económica, tanto en tus negocios como en tu familia. Tendrás un plan, pues los planes del diligente llevan a la abundancia.
El sabio Salomón, el hombre más rico en la historia del mundo, dijo que debemos conocer el estado de nuestras ovejas y mirar por nuestros rebaños, porque el dinero no dura para siempre. Eso significa que, en todo momento, tú necesitas conocer el estado financiero de tus negocios y de tu casa. Debemos saber cuánto dinero ha entrado y cuánto dinero ha salido; y de lo que salió, debes saber a dónde se fue. Es una gran verdad la que dice que las riquezas no duran para siempre. Habrá tiempos de abundancia y tiempos de necesidad. Tiempos en los que tendrás muchos recursos y y tiempos en los que te faltarán. Por eso necesitas ser el amo del dinero y no dejar que él se adueñe de ti. No puedes permitirle gastar todo el capital que tienes, y para eso necesitas tener una forma de controlarlo. Controla el dinero o él te controlará a ti. Como fue dicho antes: el dinero es un buen siervo, pero es un mal amo. Si deseas sobrevivir a ellas, deberás tener orden en tu vida económica. Asegúrate de que sabes cuáles son los gastos de tu negocio y de tu casa y, luego coloca límites para la cantidad de dinero que se debe invertir en cada área.
5. LA LEY DE LA SIEMBRA Y LA COSECHA
De todas las leyes que estudiamos hasta ahora, esta es la única ley que te guiará tanto a la destrucción como a la restauración económica: la ley de la siembra y la cosecha. Fue Pablo de Tarso mismo quien nos enseñó esta ley. Él nos escribió en una de sus cartas: “todo lo que el hombre sembrare eso también cosechará”.
Cuando el hijo más jóven en la parábola del padre amoroso se fue a un país lejano y derrochó el dinero de su herencia, inmediatamente comenzó a cosechar lo que había sembrado en su vida. En la historia que nos contará el Maestro, dice: “Ya se había quedado sin nada, cuando comenzó a faltar la comida en aquel país, y el joven empezó a pasar hambre”. El había sembrado un corazón infeliz, un alma impaciente, un espíritu independiente y una mente desorganizada, y ahora estaba cosechando el fruto de su irresponsabilidad: la destrucción económica. Cada acción que emprendas en la vida tiene sus consecuencias. Seguramente que, mientras había plenitud de alimentos en el país, al acabársele el dinero el joven pudo vivir la bondad de algunos de los amigos que lo rodeaban cuando tenía riquezas. Sin embargo, cuando la crisis llegó, cada uno probablemente comenzó a mirar por su propia supervivencia, y al joven insensato se le acabaron los amigos.
Esto demuestra otra verdad que hemos observado a lo largo de los siglos: cuando la economía de una ciudad o de un país marcha bien, es muy difícil diferenciar a aquel que está sembrando bien de aquel que está sembrando mal. No es hasta que llegan las dificultades que uno ve quien construyó su casa sobre la roca y quien la construyó sobre la arena. Cuando los tiempos son buenos, parecería ser que aquellos que toman atajos y hacen las cosas de forma mediocre avanzan más rápidamente. Parecería que acumulan más recursos y disfrutan de las cosas buenas de la vida. Pero es cuando vienen los tiempos de tribulación cuando se ve realmente quién ha sembrado sólidamente en su vida económica, porque esos son lo que sobreviven. Piensa en qué siembras y cómo siembras. Si deseas que la ley de la siembra y la cosecha trabaje a tu favor y te traiga beneficios de la prosperidad para tus negocios y tu familia, entonces debe sembrar cosas como…
- Madurez de carácter
- Verdadera felicidad y contentamiento
- Perseverancia
- Humildad
- Integridad y honestidad
- Sabiduría de lo alto
- Trabajo duro
- Orden
- Tu relación con Dios
Esta es una ley que va en contra de nuestro propio deseo de supervivencia cuando el agricultor tiene semilla en sus manos y su familia tiene hambre, él sabe que no puede darles esa semilla a sus hijos; debe sembrarla. Si se come la semilla, su familia ciertamente morirá. Pero si se niega a sí mismo y entrega la semilla al campo, en unos meses tendrán decenas de veces más de lo que hayan sembrado.
La ley de la siembra y la cosecha requiere sacrificio personal. Debes preguntarte a ti mismo qué debes sembrar en tu vida personal, qué debes sembrar en la vida de tu familia, qué debes sembrar en la vida de tus clientes y proveedores de tu negocio. Pregúntate….
- ¿Debes sembrar perdón en la vida de alguien?
- ¿Debes sembrar compasión en la vida de un deudor?
- ¿Debes sembrar recursos económicos en el reino de Dios?
- ¿Debes sembrar olvido para con los que te han hecho algún mal?
Ahora conoces una verdad inalterable: tus actos tienen consecuencias.
La ley que aprenderás marca un momento importantísimo en la vida del hijo perdido: el momento del cambio. Hasta ahora, el joven de nuestra historia se hallaba en el camino de la destrucción económica. Hoy comenzará a construir un nuevo futuro. No importa cuán bajo hayas caído en la vida lo último que debes perder es la esperanza. Siempre existe la esperanza de la restauración. Las crisis vienen y van. Los imperios nacen, se desarrollan y mueren. Pero en medio de las dificultades, las derrotas y la muerte, debes saber que puedes volver a vivir y ser restaurado. La ley que estudiaremos hoy es la primera ley irrefutable de la restauración económica: la ley de las manos productivas.
En la parábola del padre amoroso se dice que el joven rebelde…
Ya se había quedado sin nada, cuando comenzó a faltar la comida en aquel país, y el joven empezó a pasar hambre. Entonces buscó trabajo, y el hombre que lo empleó lo mandó a cuidar cerdos en su finca.
Algo increíble y profundo ocurrió en la vida de este joven. En medio de esa situación de desesperación, de hambre y de peligro de muerte, de pronto, como una revelación de lo alto, le vino a la mente un pensamiento que talvez jamás se le había ocurrido ante: ¡se dio cuanta que podía trabajar”.
Es muy probable que, habiendo crecido en la casa de un padre con mucho dinero, él nunca hubiera tenido que trabajar con sus manos. Siempre tuvo siervos que hacían las cosas por él. Nunca se dio cuenta de la conexión que existía entre el trabajo y la acumulación de bienes.
Las leyes de la Restauración Económica
6. LA LEY DE LAS MANOS PRODUCTIVAS
El momento del cambio. Hasta ahora, el joven de nuestra historia se hallaba en el camino de la destrucción económica. Hoy comenzará a construir un nuevo futuro. No importa cuán bajo hayas caído en la vida, lo último que debe perder es la esperanza. Siempre existe la esperando de la restauración. Las crisis vienen y van. Los imperios nacen, se desarrollan y mueren. Pero en medio de las dificultades, las derrotas y la muerte, debes saber que puedes volver a vivir y ser restaurado.
En la parábola del padre amoroso se dice que el joven rebelde….
Ya se había quedado sin nada, cuando comenzó a faltar la comida en aquel país, y el joven empezó a pasar hambre. Entonces buscó trabajo, y el hombre que lo empleó lo mandó a cuidar cerdos en su finca.
Algo increíble y profundo ocurrió en la vida de este joven. En medio de esa situación de desesperación, de hambre y de peligro de muerte, de pronto, como una revelación de lo alto, le vino a la mente un pensamiento que talvez jamás se le había ocurrido antes: ¡se dio cuenta d que podía trabajar!
Es muy probable que, habiendo crecido en la casa de un padre rico, él nunca hubiera tenido que trabajar con sus manos. Siempre tuvo siervos que hacían las coas por él. Nunca se dio cuenta de la conexión que existía entre el trabajo y la acumulación de bienes.
Esta decisión marca el principio de su proceso de madurez en la vida. Ese es el momento en el cual él ha pasado de ser un niño a ser un hombre. Ha dejado el camino de la irresponsabilidad para hacerse responsable de su propio futuro. También has de notar que, de alguna forma, el muchacho tenía la información apropiada dentro de su corazón: el trabajo es la principal fuente de recursos para la supervivencia y el desarrollo. No sabemos cómo esa información le llegó; quizás fuera el ejemplo de su padre. Después de todo, si su familia era tan rica, probablemente fuera porque su padre sabía trabajar y administrar bien las ganancias de su hacienda.
Y aquí hay una enseñanza importante para aquellos que harán de ser padres: el ejemplo no es solamente una de las maneras más efectivas de enseñar a los hijos, es la única que realmente produce resultados. Los padres debemos ser ejemplo y modelo para nuestros hijos.
La ley de las manos productivas es la primera ley diseñada para sacarte de la pobreza y de las situaciones de crisis. Fue establecida en el Huerto del Edén cuando nuestro Dios colocó al hombre en ese huerto para que lo “cultivaras y lo cuidara”. Cultivar el huerto habla de producción. Guardarlo habla de administración. He aquí las dos columnas fundamentales para la restauración económica: producción y administración. La una no puede ser efectiva sin la otra.
PRODUCIR PARA PROSPERAR
La producción debe ser abundante, constante, excelente y orientada a satisfacer las necesidades de los demás. Si quieres salir de la crisis, deberás producir abundantemente. Los árboles producen abundante fruto; el trigo produce abundante semilla, las ovejas producen abundante lana y las vacas, abundante leche. La creación entera tiende hacia la abundancia.
Cuando la lluvia abunda, la tierra prospera. Cuando tú produces abundantemente, tu familia prospera.
Amarás el trabajo arduo. Te regocijarás cuando produzcas mucho. Odiarás perder el tiempo y te apartarás de los ociosos.
Sin embargo, no solo deberás producir mucho y constantemente, sino también lo habrás de hacer con excelencia.
Tú eres una criatura de Dios. Él te hizo a su imagen y semejanza. Dios es perfecto en todo lo que hace, y tú buscarás la perfección en todos tus trabajos. Al terminar tus tareas del día, deberás poder mirar a tu trabajo y decir: ¡Está bien hecho!
Buscando el bien de los demás construirás tu propio bien.
Deberás buscar una labor que esté de acuerdo con la pasión que tienes en tu corazón. Sin embargo, en los momentos de crisis, debes buscar tu sustento trabajando en lo que sea. Cualquier trabajo que no sea ilegal es honroso, ¡incluso cuidar cerdos!
En esto se demostró el cambio de actitud del joven en su marcha hacia la restauración; en que eligió trabajar, aunque tuviese que hacerlos en las peores condiciones y el trabajo encontrado estuviera en contra de sus propias preferencias personales.
ADMINISTRAR PARA PROSPERAR
Si bien hemos visto que la producción debe ser abundante, constante, excelente y orientada a satisfacer las necesidades de los demás, eso no es suficiente. También deberás administrar con excelencia la producción realizada.
Si no administras apropiadamente, tu trabajo se echará a perder. Por ejemplo: si no cosechas el trigo a tiempo, no tendrás trigo para tu familia. Si no plantas a tiempo, no tendrás trigo para cosechar.
En el mundo todo tiene un orden. Antes de la Creación, la tierra estaba desordenada y vacía; mas Dios trabajo orden al desorden. Trajo armonía al caos. Tú deber comportarte de la misma manera.
Debes saber cuándo plantar y cuándo cosechar. Debes conocer los tiempos y ordenar el trabajo. Debes saber cuándo es el tiempo de comprar productos y cuándo es el tiempo de venderlos. Debes saber cuándo recibir una caravana y cuándo la deberá enviar.
Debes ordenar tus compras y entender tus ventas. Debes conocer cuánto dinero necesitas para hacer funcionar tu negocio y cuánto es lo mínimo que debes vender cada semana para obtener ganancias.
Si quieres retener el fruto de la labor de tus manos, deberás ordenar, por ejemplo, las cuentas de tu negocio y las cuentas de tu casa, empezando por tu casa.
Esta es la primera ley irrefutable de la restauración económica, la ley de las manos productivas: debes producir en abundancia y administrar con inteligencia.
7. LA LEY DEL CORAZÓN HUMILDE
Nunca podrás recuperarte económicamente sino practicas la humildad. Las tormentas de la vida traen destrucción, la destrucción trae pérdidas, y las pérdidas requieren que tomes decisiones. Esas decisiones afectan el orgullo del exitoso mercader, al igual que al de su esposa. Después de la crisis tendrás que empezar de nuevo. Es posible que tengas que vender propiedades. Quizá tengas que mudarte y en ese lugar, comenzar sin nada, viviendo como lo hacen los pobres.
En situaciones así, te opondrás y lucharás contra tu orgullo, o nunca podrás tomar libremente decisiones difíciles. Si no lo haces a tiempo, las tomarás muy tarde y caerás en la ruina. Por otro lado, el orgullo aleja el favor y la gracia de Dios sobre tu vida, debes recordar que un día de su gracia vale más que mil días de trabajo. Deberás imitar al Maestro, siendo manso y humilde de corazón. Un líder de corazón humilde…
Considera a los demás como mejores que él mismo.
Busca el consejo de otros antes e tomar una decisión,
No se deja adular por las personas,
Sabe reconocer el trabajo de otros,
Tiene un concepto balanceado de sí mismo,
Sabe cuándo callar y cuándo hablar,
Se somete a la autoridad de Dios.
Recuerda los siguientes proverbios:
“El orgulloso termina en la vergüenza, y el humilde llega a ser sabio” (Proverbios 11.2, TLA)
“El orgulloso será humillado, y el humilde será alabado” (Proverbios 20.23, TLA)
“Riquezas, honra y vida son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová” (Proverbios 22,4)
“Dios se opone de los orgullosos, pero trata con amor a los humildes”. (Santiago 4.6, TLA)
La parábola del padre amoroso dice que el hijo en crisis “…buscó trabajo, y el hombre que lo empleó lo mando a cuidar cerdos a su finca”.
También, dice la historia que tomó una decisión:
Volveré a mi casa, y apenas llegue, le diré a mi padre que me he portado muy mal con Dios y con él. Le diré que no merezco ser su hijo, pero que me de empleo y que me trate como a cualquiera de sus trabajadores.
Este joven ahora está listo para el cambio. Su actitud de humildad le está permitiendo escuchar con mansedumbre la voz de otros. Está reconociendo humildemente sus errores y eso lo llevará a comenzar a tomar decisiones correctas.
Además, cuando este joven decidió trabajar con sus manos, aceptó el peor trabajo que un muchacho judío para realizar: cuidar cerdos y vivir con ellos. Esa actitud, estar dispuesto a humillarse hasta lo más bajo con tal de salir de la crisis, le permitió, por un lado, obtener comida; y por otro, tener tiempo para reflexionar y pensar en su situación.
Cambiar la arrogancia de la rebelión por un corazón humilde le permitió darse cuenta de sus propios errores y estar dispuestos al sacrificio personal para remediarlos.
Piensa en estas preguntas:
¿Qué errores has cometido de los que no te has arrepentido?
¿Qué sacrificio debes hacer que orgullo no te lo permite?
¿Cómo te relacionas con la gente más pobre que tú?
¿Cómo te relacionas con la gente que es diferente a ti?
¿Cómo demuestras tu humildad con tus siervos?
¿Cómo demuestras tu humildad con tu esposa?
¿Cómo demuestras tu sujeción a la voluntad de Dios?
8. LA LEY DEL ALMA ARREPENTIDA Y LA DE LOS LABIOS QUE CONFIESAN
La octava ley irrefutable de la restauración financiera es la ley del alma arrepentida. La novena es la ley de los labios que confiesan. Arrepentirse significa “volver hacia atrás, cambiar de pensamiento”. Confesar con los labios significa expresar ese cambio de pensamiento con palabras (de la abundancia del corazón habla la boca, dice un antiguo proverbio). En la parábola del padre amoroso vemos que el hijo rebelde, sentado entre cerdos repugnantes, comienza a revisar su vida y experimenta un cambio de pensamiento. El decide volver hacia atrás en el mal camino que ha tomado: comprendió lo tonto que había sido. Pero no sólo se arrepintió en su corazón; también lo expresó con sus labios: lo dijo en voz alta.
Tú no tendrás temor a arrepentirte. Cuando veas que has hecho algo incorrecto, te arrepentirás de ello y volverás hacia atrás. Declararás con tus labios lo que hiciste mal y explicarás con palabras qué vas a hacer para corregirlo. No entendemos la razón por la cual el expresar con palabras lo que uno tiene en el corazón es tan poderosa, ¡pero lo es! Por otro lado, el arrepentimiento es diferente al remordimiento. El uno tiene un tono positivo, el otro negativo. Judas Iscariote traicionó a nuestro Señor, le dio remordimiento y terminó ahorcándose. San Pedro también traicionó a Jesús, pero se arrepintió, pidiendo perdón por lo que había hecho, y fue restaurado en su liderazgo. El arrepentimiento, además, debe ser sincero. No te arrepentirás simplemente porque fuiste descubierto haciendo algo incorrecto. Te arrepentirás de todas maneras, te descubran o no. El arrepentimiento a veces significará que tendrás que hacer restitución (indemnizar a alguien por pérdidas que tus actos le hayan provocado). La restitución te liberará.
El arrepentirse no elimina las consecuencias naturales de tus malas decisiones, pero te llevará en la dirección correcta desde ese punto en adelante. El arrepentimiento y la confesión, volver hacia atrás, cambiar de pensamiento y verbalizarlo, ponerlo en palabras, son dos leyes esenciales para lograr la restauración después de la crisis. Un alma realmente arrepentida nunca más cometerá los errores del pasado. Si no te arrepientes con sinceridad, no cambiarás.
Volverás a experimentar la misma crisis. Si te arrepientes y lo expresas con palabras de tus propios labios, comenzarás a construir un futuro diferente. Finalmente, es muy importante recordar que no han nada que temer en el arrepentimiento. El arrepentimiento no trae castigo. El arrepentimiento sincero siempre trae restauración
9. LA LEY DE LOS PIES CONVERTIDOS
Esta ley, sobre todas las cosas, habla de nuestro hacer en la vida. Enfatiza la importancia de ser hacedores de la Palabra y no tan solamente oidores de la misma.
Cuando leemos la historia que nos contara el Maestro, ella dice que el joven rebelde por fin comprendió lo tonto que había sido, y pensó: “En la finca de mi padre los trabajadores tienen toda la comida que desean, y yo aquí me estoy muriendo de hambre. Volveré a mi casa, y apenas llegue, le diré a mi padre que me he portado muy mal con Dios y con él. Le diré que no merezco ser su hijo, pero que me dé empleo y que me trate como a cualquiera de sus trabajadores.” Entonces regresó a la casa de su padre.
El joven tuvo la humildad suficiente para arrepentirse de las malas decisiones que había tomado, y convertir esos sentimientos de arrepentimiento en palabras que salieron de sus labios y en un plan para cambiar su situación. Sin embargo, todo eso no será suficiente si los deseos y las decisiones no se pusieran en práctica. El joven fue restaurado porque no sólo decidió volver a casa de su padre, ¡sino porque lo hizo! Te asegurarás de poner en práctica las decisiones que tomes. No sólo tendrás un plan; también lo aplicarás. No solamente dirás: “Tengo que hacer las cosas de una forma diferente”, también las harás de modo diferente.
Los pies convertidos son pies transformados. Son pies que te llevarán por un camino distinto al que estás caminando el día de hoy. Convertirse significa ir caminando en una dirección, darse cuenta de que uno está transitando por el camino equivocado, girar completamente el cuerpo hacia el lado opuesto y comenzar a caminar en la dirección contraria.
No sólo te arrepentirás, también te convertirás: te transformarás, harás las cosas de manera diferente. Comenzarás a caminar en un camino distinto. Tomarás un rumbo diferente y no te importará lo que diga la gente a tu alrededor. No sólo dirás lo correcto, harás lo correcto también. Antes de la lectura del último pergamino, harás un plan para salir de la situación de crisis en la que te encuentres y, luego, lo pondrás en práctica. Es la única manera de ser completamente restaurado: poniendo en práctica el plan, con paciencia y perseverancia. Comienza tu camino hacia la restauración el mismo día de hoy.
10. LEY UNIVERSAL DE LA ELECCIÓN
Habiendo terminado de estudiar las diez leyes irrefutables –cinco que llevan a la destrucción y cinco que llevan a la restauración económica-, hemos dejado para el final un principio muy importante que está al inicio de la historia que hemos estado estudiando. Creemos (dice el autor) que, a pesar de encontrarse al comienzo de la historia, esta última ley proveniente de la parábola del padre amoroso en realidad debería estar expuesta al final: es la ley universal de elección.
La parábola comienza diciendo que había un padre que tenía dos hijos. El Maestro podría haber dicho tres, siete, doce o simplemente “muchos” hijos. Pero eligió específicamente el número dos. Creemos que la razón por la que eligió el número dos fue para enfatizar la elección que todos tenemos en la vida: el bien o el mal; lo correcto o lo incorrecto; la humildad o el orgullo; la verdad o la mentira; la vida o la muerte. Decir que el padre amoroso tenía dos hijos dio la oportunidad al Maestro de maestros de enfatizar, por comparación y contraste, las elecciones que habían hecho en la vida cada uno de los herederos. Esta ley universal existe desde el pasado eterno, aun desde antes de la creación del mundo. Se aplicó a la vida de los ángeles, cuando voluntariamente Lucifer y sus adeptos decidieron rebelarse contra Dios. Se aplicó también a la vida de los seres humanos cuando Adán y Eva decidieron desobedecer a Dios y morir espiritualmente. Se aplicó a la vida de todos nuestros antepasados. Todos tenemos la capacidad de elegir en la vida. Nadie está destinado a ser pobre ni rico, bueno o malo, tener abundancia o vivir en la miseria. Recuerda las palabras de Moisés en los libros de la ley cuando le dijo al pueblo:
“Mira yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; …A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia” (Deuteronomio 30.15,19)
Cada uno de nosotros tiene la posibilidad de elegir el obedecer o el desobedecer. Tú puedes decidir hoy que vas a oponerte a las leyes de la destrucción y obedecer las leyes de la restauración. O puedes decidir que has perdido tu tiempo y no te interesa practicar en tu vida nada de lo que has aprendido en estos pergaminos. Es tu elección. Nadie la puede hacer por ti. Ni tus padres, ni tu esposa. Ni siquiera tu mentor puede decidir en tu lugar. Es tu elección personal. ¿Qué harás con este conocimiento?. Estamos poniendo delante de ti la restauración y la destrucción. Elige la restauración, la abundancia y la vida para que seas feliz. El camino no será fácil. Pero vale la pena.