Pasos de Gigante, escrita por la andinista guatemalteca Bárbara Padilla.
Siempre he mencionado que las autobiografías son los libros más seguros de leer porque nunca se sale defraudado, ya que relatan desde el punto de vista del autor como sucedieron los hechos; este libro relata la conquista del Monte Everest (8,848 metros sobre el nivel del mar) por parte de Bárbara Padilla luego de 3 intentos fallidos; es un compendio de experiencias, aprendizajes y fracasos desde la primera expedición a sus 28 años, en el 2013 hasta finalmente alcanzar la cima del Monte el 20 de mayo 2016.
Al inicio de la primera expedición, la autora relata la transición de una expectativa a la realidad, expresa: “se suponía que sería una de las mejores experiencias de mi vida y eso no era para nada así” pero tuvo que cambiar de mentaliad porque “cuando cambias tu manera de mirar las cosas, las cosas cambian”; el libro continua con el relato de los otros intentos que no se logran completar. El segundo de ellos fue realizado en el año 2014, la autora escribe “he descubierto que la vida es a veces muy simple y sencilla, me he percatado que muchas veces solo se trata de momentos, no importa lo que la gente piense de nosotros, importa lo que pensamos de nosotros mismos” Después relata su tercer intento, en el año 2015 y su cuarto intento y logro final en el año 2016.
“El éxito es la capacidad de ir de un fracaso a otro, sin perder el entusiarmo”. Wiston Churchill
Participar en una expedición de este tipo es sumamente costoso e implica una gran campaña de recolección de dinero. La autora escribe acerca de sus intentos fallidos:
“Un perdedor es aquella persona que se esfuerza mucho por conseguir algo y no aprende nada, un ganador es aquel que se esfuerza y aprende algo de cada intento”
“Un verdadero luchador no es el que siempre gana sino que el que a pesar de sus derrotas nunca se rinde”
Es un libro muy interesante de luchas, esfuerzos, convicción y por momentos fracasos, sin embargo, logra alcanzar la meta final en base a perseverancia, enfoque y trabajo duro. Mi observación, es que dedica muchas líneas a lo que ella llama trogloditas, gente que apareció en su camino y le intentó hacer o le hizo daño, incluso le dedica un capítulo completo, Capítulo 18, a esas decepciones, su forma de escribir esas páginas no precisamente refleja aprendizaje, sino mas bien podría interpretarse como falta de perdón, desdén y mucho desprecio. Mi percepción fue algo similar al jugador de futbol que anota un golazo y que va a gritar a la grada de afición visitante, expresando: “¡EN TU CARA!”, “¡LO LOGRÉ INFELICES!”. Expresiones fuertes, escritas a propósito en mayúscula, porque así lo interpreté. Personalmente creo que si eliminara o replanteara ese capítulo al libro, y las otras reseñas a lo que ella llama “trogloditas” sería un libro más edificante. Mis hijas leyeron también el libro, en ese momento tenían 17 y 18 años de edad, y les pareció que todo lo bueno del libro se echaba a perder en esas expresiones de odio, por lo cual considero que es algo tan pequeño que arruina y hace ver mal una obra tan bonita.
En cualquier obra de arte la imperfección de una minúscula porción, puede atraer tanto la atención y naturalmente hacer que el cerebro fije más atención en lo malo que es pequeño que en la obra completa que es hermosa.