El cuarto libro escrito por Erwin Raphael McManus, pastor principal de Mosaic en Los Angeles California. Nacido en El Salvador, migro a corta edad a Estados Unidos para reunirse con su mamá. El libro fue publicado originalmente en inglés en el año 2005 con el titulo: “The Barbarian Way: Unleash the Untamed Faith Within”, fue traducido y lanzado al español hasta septiembre 2018, con el titulo “Tribu, Desata la fe salvaje que llevas dentro”. Un excelente libro, de esas buenas lecturas que todo hombre debieramos leer. Dedicado a hombres que han sido “domesticados” por la comodidad o el activismo religioso presemta un desafío a salir de lo que el autor llama “la fe refinada” aquella que realiza solo cosas “ordinarias” y lleva un tiempo sin experimentar milagros extraordinarios que surgen de lo que el autor llama “una fe salvaje”. A continuación varios parrafos escritos en forma textual que denotan su mensaje central:
Líderes primitivos
El sacrificio del Hijo de Dios, el camino de la cruz, el llamado a morir a nosotros mismos, todo eso carece de la dignidad de una fe refinada. ¿Por qué insisto en un llamado intrépido a despertar la fe salvaje en nuestro interior, a riesgo de poner en peligro esta gran civilización que hemos llegado a conocer como cristianismo?. Porque Jesús no sufrió y murió para que nosotros pudiéramos construirnos refugios, sino para que pudiéramos entender el reino de su amor. Porque los reinos invisibles están en guerra por los corazones y las vidas de cada ser humano que camina sobre la faz de esta tierra. Y los tiempos de guerra requieren personas bárbaras que estén dispuestas a arriesgar la vida misma por la libertad de otros. La ironía, desde luego, es que los bárbaros son ahuyentados en tiempos de paz, pues alteran nuestras comunidades, tradiciones y sensibilidades. Es solamente en los tiempos más desesperados, tiempos de guerra o conflicto, cuando estos marginados son bienvenidos o incluso invitados a regresar.
Los bárbaros pueden ser considerados indignos cuando todo es seguro, pero los tiempos peligrosos los hacen ser inestimables. Vivimos en esos tiempos. Y no estamos preparados para los grandes retos que tenemos por delante. No hemos estado preparados para emprender ninguna gran búsqueda, para batallar contra cualquier enemigo grande, o ni siquiera para perseguir el gran sueño para el cual hemos nacido. En cambio, el cristianismo se ha convertido en nuestra cadena perpetua, y nuestra redención solamente llegará si encontramos la valentía para escapar de la cárcel que hemos creado para nosotros mismos. Arriesgarlo todo para vivir libre es nuestra única esperanza, la única esperanza de la humanidad.
Una invitación peligrosa
El llamado de Jesús es mucho más bárbaro que cualquiera de esos casos. Es un llamado a vivir en este mundo como ciudadanos de un reino totalmente diferente. En su estado primitivo, el evangelio nunca podía separarse de la invitación de Jesús: “Ven, sígueme”. Él no mintió sobre el peligro del costo asociado con convertirse en su seguidor. Les dijo desde un principio: “He aquí, yo os envío como ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas”(Mateo 10:16)
Un peligro de la fe civilizada es que nos volvemos tan domesticados que comenzamos a vivir tan prudentes como palomas. Somos ciegos a la naturaleza espiritual de la vida y la realidad invisible en la que residimos. Otro peligro es que nos volvemos tan inocentes como serpientes. Por demasiado tiempo, seguidores sinceros de Cristo han tenido que vivir con las consecuencias de quienes utilizan la religión para manipular a otros y camuflar la hipocresía, Jesús dejó claro a quienes decidían ser sus discipulos el tipo de líder que Él era y qué tipo de seguidores se requerirían.
El camino menos transitado
Listo para llevar la convesión a un nivel más profundo, Pedro se encontró siendo llamado al camino del bárbaro, Jesús le dijo: “De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; mas cuando ya seas viejo, extenderás tus manos y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras. Esto dijo, dando a entender con qué muerte haría de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme”. (Juan 21:17:19)
Jesús tenía una sola invitación para Pedro, solamente un rumbo establecido para él, solo un camino para que él lo escogiera si quería caminar con Cristo, y ese era el camino del bárbaro. Jesús nunca suavizó el costo de seguirlo a Él con la esperanza de que Pedro entonces decidiera seguir. Si Pedro escogía el camino con Cristo, eso significaría para él que un día sería llevado en contra de su voluntad y arrastrado para ser muerto. Si él quería vivir una vida de amor y lealtad al Cristo, le costaría su propia vida. También nosotros somos llamados a un camino que está lleno de incertidumbre, misterio y riesgo.
Por lo tanto, ¿cómo respondió Pedro?. Se giró e hizo de Juan el foco de la conversación: “Volviéndose Pedro, vio que les seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se había recostado al lado de él, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar? Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de este?” (Juan 21:20-21)
Sé exactamente lo que estaba haciendo Pedro. Estaba pensando: Si voy a morir, quiero asegurarme de que todos los demás tengan que morir, especialmente él. Después de todo si el camino del bárbaro es para todos nosotros, ¿no tendría el mismo resultado para todos? ¿No tendríamos que sufrir todos y morir de una muerte brutal? Pero no funciona de esa manera.
Jesús le respondió: “Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú” (Juan 21:22)
Esta es la parte complicada del llamado del bárbaro. No es justo o equitativo. Cuando oyes el llamado, cuando sigues el llamado, debes reconocer que es una proposición de vida y muerte. Cuando entiendes lo que Jesús quiere decir cuando afirma que debes seguirlo a Él, finalmente entiendes que no es un llamado grupal. Él no te está llamando a la misma vida que vivirán todos los demás. Ni siquiera te está llamando al mismo camino por el que transitará cada seguidor de Cristo. Tu vida es única delante de Dios, y tu camino es tuyo y solamente tuyo.
Es un negocio arriesgado
El cristianismo como religión civilizada reclama tener un plan de grupo negociado con Dios. Todo el mundo recibe el mismo paquete; y, claro está, el paquete es siempre el plan superior: te haces rico, tienes comodidad, tienes seguridad, te pones bien cuando recibes a Dios. Todo el mundo recibe el plan de Juan, y nadie recibe el paquete de Pedro. El resultado y la prueba de fe son que llegas a vivir una vida sin riesgo, lo cual es irónico cuando entiendes que, para la iglesia primitiva, la fe era un negocio riesgoso.
Confesiones de una mente peligrosa
En lugar de concluir que es mejor estar donde Dios quiere que estemos, hemos decidido que donde sea mejor para nosotros que estemos es el lugar donde Dios quiere tenernos. En realidad, la voluntad de Dios para nosotros se trata menos de nuestra comodidad que de nuestra propia contribución. Dios nunca escogería para nosotros seguridad a costa de significado. Dios nos creó para que nuestra vida contara, no para que nosotros pudiéramos contar los días de nuestra vida.
Aventuras de alto riesgo
En algún lugar a lo largo del camino, el movimiento de Jesucristo se volvió civilizado como cristianismo. Creamos la religión utilizando el nombre de Jesucristo y nos convencimos a nosotros mismos de que el deseo óptimo de Dios para nuestras vidas era aislarnos en una burbuja espiritual en la que no arriesgamos nada, no sacrificamos nada, no perdemos nada, no nos preocupamos por nada. Sin embargo, la muerte de Jesús no fue para liberarnos de morir, sino para liberarnos del temor a la muerte. Jesús vino para liberarnos de modo que pudiéramos morir primero y después vivir.
Jesucristo quiere llevarnos a lugares donde solamente pueden ir hombres y mujeres muertos.
Me pregunto cuántos de nosotros hemos perdido nuestro camino del bárbaro y nos hemos amargado contra Dios, confusos en nuestra fe porque Dios no intervino del modo en que nosotros pensamos que debería hacerlo. ¿Es posible que el poder transformador de la iglesia se haya perdido porque seguimos invitando a las personas a entrar en la comodidad y seguridad de Jesucristo?
El llamado ariginal de Jesús fue muy sencillo, muy claro y muy limpio: “Sígueme”. Quiere que rindamos nuestras vidas a Él y lo sigamos hacia lo desconocido. Y si eso significa una vida de sufrimientos, dificultad y decepción, valdrá la pena porque seguir a Jesucristo es más poderoso y más satisfactorio que vivir con todo en el mundo excepto Él. ¿Hemos olvidado eso? ¿Nos hemos vuelto tan refinados y tan civilizados que los beneficios de nuestra fe se han vuelto más preciosos y más valiosos que el Benefactor de nuestra fe?
Llamados
Mientras más cerca caminas con Cristo, mayor es la fe que se requiere. Mientras más confías en Él, más te arriesgarás por causa de Él. Mientras más lo ames a Él, más amarás a los demás. Si aceptas genuinamente su sacrificio, aceptarás alegremente una vida sacrificial. Tus expectativas de Jesús cambiarán a medida que la intimidad con Él sea más profunda. Cuando comienzas a seguir a Jesús apasionadamente, sin darte cuenta te encontrarás innovando. Después de todo, Jesús está transformando vidas, escribiendo la historia, creando el futuro y desatando el reino de Dios.
Guerreros Místicos
Somos llamados a unirnos a la tribu de bárbaros y aceptar nuestro llamado como guerreros místicos. Aunque podemos aprender de otras personas, cosas importantes acerca de Dios, al final, para conocer el camino del bárbaro debemos recibir nuestras instrucciones de Dios mismo.
Hemos equiparado la promesa de que seríamos conformados a la imagen de Cristo con una creencia de que todos nosotros seremos iguales. El discipulado se ha convertido en el mecanismo para la uniformidad en lugar de trabajar para la singularidad.
Dios nos guía en la dirección de su reino, su propósito y sus pasiones. Su deseo no es conformarnos, sino transformarnos. No es hacernos conformes, sino hacernos creativos. Su intención nunca es domesticarnos, sino liberarnos.
FE INDÓMITA
No puedes conocer al Creador del universo y seguir siendo igual. Si el Dios que es todopoderoso, omnisciente y omnipresente viene a habitar dentro de tu alma, al menos esperarías que hubiera alguna pequeña alteración. Creo que hay un problema cuando las personas hablan sobre tener un encuentro con Dios o conocer a Dios, y sin embargo no son cambiados por Dios. Cuando el Creador decide habitar en su creación, se produce una transformación. Si Jesús ha venido a habitar dentro de ti, ya no eres apto para una vida normal.
Tener el espíritu de Dios habitando en el corazón de alguien que acoge una fe domesticada es como tener a un tigre atrapado dentro de una jaula.
Dios no es un sedante que te mantiene calmado y bajo control, adormeciendo tus sentidos. Él hace precisamente lo contrario. Despierta tu espírítu para que esté verdaderamente vivo.
Cuando te unes a la tribu del bárbaro, comienzas a vivir tu vida con tus ojos y tu corazón totalmente abiertos. Cuando el Espíritu de Dios rodea tu alma, tu espíritu cobra vida y todo cambia para ti. Ya no eres la misma persona. Y a quienes no pueden ver lo invisible, a quienes se niegan a creer que existe el camino que tú escoges, la vida que vives, puede llevarles a la conclusión de que tú no eres simplemente diferente, sino que estás demente. A quienes simplemente existen, las personas que están plenamente vivas les parecen locas.
UNA TRIBU UNIDA POR EL ESPÍRITU
Mientra más saludable estés, más libre eres para ser simplemente tú mismo. Si solo los tontos se enamoran y las personas que están enamoradas actúan como tontos, entonces quienes son cambiados por el amor de Dios realmente se vuelven unos tontos para Cristo.
PENSAMIENTO NUBLADO
El cristiano civilizado tiene una rutina: el discípulo bárbaro tiene una misión. El creyente civilizado conoce la letra de la ley; el discípulo bárbaro vive el espíritu de ley. El religiosamente civilizado ama la tradición: el espíritu del bárbaro ama los retos. Los civilizados están satisfechos con el ritual; los bárbaros viven y prosperan en lo místico. Para el discipulo civilizado, la religión proporciona estabilidad y certeza; para el bárbaro, una vida en Dios es una vida de riesgo y misterio.
Cuando Noé construyó el arca, no vivía en una zona de inundaciones. Cuando Elías pidió que descendiera fuego del cielo, nunca antes lo había intentado. Adelante…Prueba. Comprueba si funciona para ti. ¿En qué estaba pensando Moisés cuando dirigió su vara al mar Rojo asumiendo que se movería porque él lo ordenara?
Si eres un seguidor de Cristo y te has permitido a ti mismo ser domesticado, has perdido el poder de quién eres y quien Dios quiere que seas. No fuiste creado para ser normal. El deseo de Dios para ti no es la docilidad y la conformidad. Has sido bautizado en Espíritu y Fuego. Dormido en tu interior hay un bárbaro, un salvaje para todos los que aman lo estirado y adecuado. Debes ir al lugar primitivo y entrar en la presencia del Dios Altísimo, porque allí serás cambiado por su presencia. Permite que Él desate la fe salvaje en tu interior.
ENCONTRADO
Muchos de nosotros hemos puesto esperanza en enseñar a nuestros hijos acerca de Dios en lugar de guiarlos hacia una experiencia con Dios. Esencialmente civilizamos a nuestros hijos en lugar de guiarlos hacia el camino del bárbaro. Me preocupa que haya muchos que se han criado en la iglesia y han sido cristianizados eficazente, pero que nunca han conocido a Cristo de manera genuina.
SEPULCRO DE AGUA
Todos somos llamados a pasar por el sepulcro de agua. Sí, el camino hacia la tribu de Dios es bárbaro. Nos unimos con la muerte de Cristo, somos sepultados con Él, y resucitados para volver a vivir. El bárbaro se ha enfrentado a la muerte y ha conquistado la muerte. ¿A qué tienes temor cuando ya has muerto y te has alejado? Tus mayores temores quedan a tus espaldas, y ahora vas al lugar donde solamente pueden ir quienes ya están muertos y sin embargo viven. Es aquí donde nace la tercera expresión primitiva del espíritu del bárbaro en cada seguidor de Cristo. El camino del bárbaro es un camino donde somos enseñados por Dios y movidos por Dios, pero también somos inspirados por Dios.
Si somos sinceros con nosotros mismos, la iglesia sería el último lugar a donde iría la mayoría de las personas para que sus sueños fueran alimentados, desarrollados y desatados.
LA REVUELTA DE LOS BÁRBAROS
Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan(Mateo 11:12)
Me pregunto cuántos de nosotros realmente hemos tenido esta conversación con Dios: “Abba, Padre, Papá, ¿me pondrías en peligro a propósito?”. Creo que muchos de nosotros no le hemos hecho a Dios esa pregunta porque nos adelantamos y la respondemos por Él. Desde luego que Él no haría eso. Somos sus hijos. Somos famiia. Él no nos pondría en peligro adrede, ni siquiere para lograr un propósito más elevado o más noble. ¿O acaso lo haría? Quizá deberías detenerte y preguntárselo. Su respuesta podría sorprenderte. Sin duda alguna, sorprendió a Juan el Bautista.
Jesús nos dice con términos, nada inciertos que se está liberando una batalla. Quizá sea esta la razón más importante por la cual debemos escoger el camino del bárbaro y resistir cualquier tentación a volvernos civilizados. Los cristianos domesticados están demasiado dispuestos a abdicar la batalla por el alma del mundo. La civilización enfoca nuestra energía en todos los lugares equivocados. Pasamos nuestra vida haciendo énfasis en nuestro desarrollo personal y nuestro bienestar espiritual. Construimos iglesias que no llegan a ser otra cosa sino escondites para los fieles, a la vez que fingimos que nuestras acciones son para el bien del mundo. O escogemos vehículos políticos para intentar avanzar nuestros valores culturales, intentando extrañamente hacer que personas incrédulas se comporten como creyentes civilizadas.
FUEGO INCONTROLADO
Desde la parte de la educación de los hijos he visto a demasiados niños y niñas ser criados en hogares cristianos que son indiferentes a Cristo y con frecuencia sienten un gran desdén por la iglesia. A veces es el resultado de una hipocresía descarada, pero otras veces es el resultado de la pura monotonía y aburrimiento. Educamos a nuestros hijos amparados en una fe domesticada, y nos preguntamos por qué huyen tan lejos como puedan para encontrar aventura.
¿Cuántas historias necesitamos de hijos e hijas que crecen en la iglesia y son forzados a actuar como cristianos en lugar de ser ganados para el corazón de Dios? Ambos son un esfuerzo para moldear el carácter de nuestros hijos. El primero es fuerza externa; el segundo es una fuerza interna. El cristiano civilizado hace lo correcto por temor; el bárbaro hace lo correcto por amor. La civilización cristiana se mantiene unida por reglas y rituales; la revuelta del bárbaro es impulsada por la pasión de Dios y guiada por la misión de Dios. Si nuestros hijos van a alejarse de Cristo, necesitamos educarlos de tal modo que entiendan que alejarse de Jesús es alejarse de una vida de fe, riesgo y aventura, y escoger una vida que es aburrida, trivial y ordinaria.
ATUENDO PRIMITIVO
Necesitamos permitirnos a nosotros mismos dejar de ser lo que los demás quieren que seamos y dejar de preocuparnos por lo que piensen los demás. Las personas civilizadas se miden unas a otras por sus mantos y sus sellos. Los bárbaros miden solamente el corazón y las acciones. Los bárbaros viven como si estuvieran desnudos delante de Dios y desnudos delante de los hombres. No tienen nada que esconder. No malgastan su energía fingiendo ser alguien que no son. Fue a Natanael a quien Jesús vio mientras estaba solo bajo una higuera, a quien Él describió como un hombre en quien no hay engaño. Dios ve el corazón y busca a aquellos en quienes no hay nada falso. El bárbaro no esconde nada entre Dios y su tribu, batalla desnudo y sin vergüenza.
“Un tigre derrotará a un león en batalla; pero cinco leones derrotarán a cinco tigres porque los leones pelean juntos y los tigres no, de modo que los cinco leones atacan a los tigres uno por uno. Cada tribu celta era un tigre formidable en la batalla, muy respetada y temida. Los romanos, con una fuerza legendaria en organización y coordinación, eran los leones en la larga serie de batallas contra tribus concretas para extender su imperio incrementalmente” (p.18)
GUERREROS DE LUZ
Si decides vivir tu vida de este modo, si tomas la loca decisión de vivir tu vida por causa de otros, si escoges seguir a aquel cuyo camino del bárbaro lo condujo a la brutalidad de la cruz, y si aceptas su invitación de tomar tu propia cruz y seguirlo a Él, entonces ha comenzado. Si te atreves a permitir que Dios desate tu espíritu primitivo, Él desatará la fe salvaje e indómita en tu interior. Entonces sabrás que has escogido el camino del bárbaro de salida de la civilización.
…Un librazo, todo hombre debiera leerlo.