Poverty, Riches and Wealth: Moving from a Life of Lack into True Kingdom Abundance de Kris Vallotton
Libro de 208 páginas publicado en abril 2018; a la fecha que escribo este resumen, aún no ha sido traducido al español. Ha sido uno de los mejores libros que leí en 2020.
El libro se divide en dos grandes partes, la parte uno, de los capítulos 1 al 8, explica acerca del verdadero significado de un Reino de abundancia. La parte dos, del capítulo 9 al 12, ofrece consejos prácticos para aumentar nuestra capacidad para generar abundancia.
Mis capítulos favoritos fueron el 7 y el 9.
A continuación una selección de mis porciones favoritas, traducidas al español, aunque estoy seguro que podría haberlo traducido mejor. Ayúdeme sugiriéndomela cambios en los comentarios.
La Riqueza de Jesús.
Este capítulo trata el paradigma que muchos tenemos de que Jesús era pobre y que operó su ministerio en medio de mucha escasez. El autor cita varias escrituras que demuestran lo contrario.
Jesús se hizo pobre por una razón, su misión celestial era hacernos a nosotros ricos. Es el gran intercambio: la belleza por las cenizas, la alegría por el duelo, la esperanza por los desesperados, la sanidad por la enfermedad, la prosperidad por la pobreza. Jesús lo llamó vida abundante.
Si Jesús puede hacer vino instantáneamente a partir del agua, o tomando el almuerzo de un niño y multiplicándolo diez mil veces para alimentar a una multitud que llenaría todo un estadio de fútbol, o aumentando la captura de un pescador en un mil por ciento, entonces no hay forma de que se le pueda llamar pobre. Jesús tuvo a Juana, la esposa de Chuza, mayordomo de Herodes, Susana, y otras muchas personas que contribuían a su apoyo con sus medios privados.
Aunque Jesús pasó mucho tiempo con los pobres y los quebrantados, también se le podía encontrar pasando mucho tiempo con María, Marta y Lázaro.
Jesús dijo a sus discípulos: “En cualquier ciudad o aldea a la que entréis, averiguad quién es digno de ella y quédate en su casa hasta que salgas de esa ciudad”. Esta es una estrategia brillante en el sentido de que se requería que las personas nobles invirtieran en su propio crecimiento espiritual al ocuparse de las necesidades prácticas de quienes les ministraban.
En la tercera carta del apóstol Juan, capítulo 2, Juan concluyó que el fundamento de toda prosperidad y salud está relegada a la prosperidad de nuestra alma. En otras palabras, la prosperidad de nuestra alma determina el nivel de riqueza y salud que experimentamos.
En mi caso, con el paso del tiempo, llegué a comprender que si pones a las personas en un entorno mejor, entonces mejoraran. En otras palabras, busca amigos y rodeate de cosas bonitas, cosas que te reten a sentirte cómodo en ese ambiente bonito. Ahora bien, está bien llegar a poseer cosas bonitas, siempre que esas cosas bonitas no te tengan a ti.
La humildad no dicta cómo te sientes con tigo mismo, pero sí determina cómo expresas tu amor a quienes te rodean. Cuando las personas cuentan una historia sobre algo que han logrado y tú tienes una historia mejor, es la humildad lo que te susurra: “deja que cuente, deja que esa persona tenga la mejor historia del día; dales el centro de atención”. Es el amor lo que hace que sea fácil darles a los demás el escenario porque tu alma no está hambrienta de afecto ni clama por atención.
La humildad significa que eres capaz de aprender, eres corregible y vulnerable. Amarte a tí mismo es la clave para tener un alma próspera, y esta última es la base para volverte próspero y saludable en cada área de tu vida.
Pero ¿cómo aprendo a amarme a mí mismo? y, ¿cuál es el proceso para salir de esta prisión de pobreza? Aquí hay ocho pasos simples pero profundos para salir de la pobreza y alcanzar un alma próspera:
- Descubre quién dice Dios que eres. Hay cientos de escrituras que revelan tu asombrosa identidad en Jesús. Eres una criatura moldeada por tu Padre, modelada según Jesucristo, infundida con poder milagroso y llena de sabiduría de la era venidera. ¡Eres un hijo del Rey predestinado y amado!
- Visualízate como Dios te ve. Lo que imaginas tiene un gran efecto sobre en quién te estás convirtiendo. Estás formando tu mundo exterior con tus pensamientos interiores.
- Reconoce a Jesús. No puedes conquistar lo que te niegas a enfrentar, y la vergüenza enterrada es más dominante que la redención no aplicada. Dios no perdona las excusas; sólo perdona los pecados.
- Pídele a Jesús que te muestre tus pecados o fracasos desde su perspectiva. Una perspectiva de perdón, de redención.
- Pídele a Jesús limpieza, recíbela y luego actúa.
- Filtra toda acusación bajo la verdad de Cristo.
- Haz y memoriza una lista de las cinco cosas más profundas que Jesús dice acerca de ti. Si tienes pensamientos positivos y saludables un par de veces a la semana, pero pasas la mayor parte de tu tiempo pensando en pensamientos negativos, desesperanzados y destructivos, entonces, metafóricamente hablando, construirás una autopista de seis carriles hacia un campo de prisioneros, en lugar de avanzar. ¡Un sendero para caminar hacia tu destino divino! La verdad es que no puedes cambiar tu vida, pero si cambias tus pensamientos, Jesús transformará tu vida.
- Pregúntate cómo los atributos de Jesús deben afectar tus acciones y actúa en consecuencia, sin importar cómo te sientas. Si has pasado tu vida con una mentalidad de pobreza, entonces piensa y actúe de manera diferente. Aunque puedes no sentirte real o auténtico al principio, es importante perseverar, porque dentro de treinta días habrá un nuevo tu.
¿Por qué todos los creyentes deben tener abundancia y no solamente ser ricos?
Permíteme demostrar la diferencia entre las personas con “pensamiento solamente de prosperidad” y las personas que se enfocan en el “pensamiento de la pobreza” al contrastar estas dos perspectivas entre sí.
Será fácil comprender estos conceptos bastante complejos a través de estas sencillas ilustraciones:
- La pobreza vive al día, lo que me alance para hoy; pero la prosperidad vive para dejar para mis hijos y mis nietos.
- La pobreza encuentra un problema en cada oportunidad, mientras que la prosperidad encuentra una OPORTUNIDAD en CADA problema.
- La pobreza reclama TODO, sintiéndose con derechos para reclamar, mientras que la prosperidad asume SU PROPIA responsabilidad.
- La pobreza le TEME al FUTURO; pero la prosperidad ve el futuro como un RETO para hacer historia.
- La pobreza pregunta: “¿Qué vas a hacer por mí?” La prosperidad pregunta: “¿Vale la pena invertir en ti?”.
- La pobreza se reúne con otras gentes descontentas para QUEJAARSE, la prosperidad HUYE de la gente descontenta y se rodea de gente que lo hace crecer.
Juan concluyó que el fundamento de toda prosperidad y salud está relegado a la prosperidad de nuestra alma (3Juan 2). En otras palabras, la prosperidad de nuestra alma determina el nivel de riqueza y salud que experimentamos.
Ahora comparemos la diferencia entre la mentalidad de riqueza y la mentalidad de prosperidad. Rico y prospero son dos cosas muy diferentes. Hablamos de PROSPERIDAD y no de RIQUEZA. Porque son dos cosas distintas.
-Los RICOS obtienen su identidad de las cosas que poseen: sus casas, sus carros, su dinero. La identidad de la GENTE PRÓSPERA proviene de quiénes SON, NO de lo que poseen.
-Los RICOS pasan mucho tiempo tratando de NO perder su dinero o en DARSE sus PROPIOS GUSTITOS. El dinero de la GENTE PRÓSPERA es solo una expresión de quiénes son, saben disfrutarlo pero tambien saben dar.
-Los RICOS trabajan POR dinero, mientras que el dinero de la GENTE PROSPERA trabaja PARA ELLOS.
-Los RICOS piensan que su dinero los PROTEGE; pero las personas prosperas son humildes y agradecidas, porque saben que la fuente de su provisión proviene del SEÑOR.
-Los RICOS compiten por el dinero. La gente prospera colabora para cumplir SU propósito.
-A los ricos no les importa pasarse llevando a otros para ascender. La gente prospera mide el éxito por las personas que ayudan en el camino.
-La gente rica solo le dan dinero a la gente. Las personas prosperas invierten en las personas, con la expectativa de un retorno de su inversión. Algunos ejemplos son una vida cambiada, un vecindario transformado, una ganancia comercial, etc.
-El objetivo comercial de la persona rica es ganar dinero, mientras que la profesión de una persona prospera es producir ganancias como fruto de servir bien a los demás. La riqueza no está determinada por lo que tienes; se basa en lo que das a otros.
El Legado de la Prosperidad.
Un gobernante dijo alguna vez, debo estudiar política y guerra para que mis hijos tengan la libertad de estudiar otras cosas como matemáticas y filosofía. Sus hijos podran estudiar matemáticas, filosofía, geografía, historia natural, arquitectura naval, navegación, comercio y agricultura, para que luego sus hijos tengan también la opción de estudiar pintura, literatura, música, arquitectura, escultura y poesía.
Finalmente traza un mapa para salir de tu situación actual y ser próspero.
“Un hombre sin visión es un hombre sin futuro. Un hombre sin futuro siempre volverá a su pasado” y “Los mares tranquilos no producen marineros hábiles”.
Quiero desafiarte, por lo tanto, a resistir la tentación de tomar el camino fácil. En cambio, toma el camino de la perseverancia, que se convertirá en el camino hacia tu palacio. Este es el proceso de nobleza que nos prepara para abrazar nuestra identidad real y cumplir con nuestro destino divino.
La Mentalidad de la Gente Próspera.
Muchas personas que aman a Jesús, aun viven con un pensamiento limitado de escasez y pobreza, pero ¿Por qué? Si tenemos al CREADOR del universo VIVIENDO dentro de nosotros, tenemos la MENTE de CRISTO pensando a través de nosotros y el ESPÍRITU de DIOS actuando en nosotros. La verdad amigo, no deberíamos permitirnos vivir con mentalidad limitada. Usted y yo tenemos acceso al DON de la SABIDURÍA. La mente de Cristo es nuestra arma secreta y la AMISTAD con DIOS cambia las reglas del juego para nosotros.
Las ideas MÁS creativas, ingeniosas, imaginativas, inspiradoras, brillantes, innovadoras y avanzadas deben fluir por medio de los hijos de Dios.
PERO ¿sabe algo? Una de las principales razones por las que los creyentes nos volvemos solo espectadores en el juego de la creatividad es porque nos acomodamos. ACOMODARSE es para la MENTE lo que el CÁNCER es para el CUERPO.
Nos acomodamos a la POBREZA en lugar de retarnos a LA PROSPERIDAD que Dios tiene para nosotros.
Muchas veces la religiosidad tiene una forma de alimentar la complacencia en nuestras vidas. La religiosidad anestesia nuestros cerebros mientras se filtra lentamente en nuestras almas como petroleo espeso y negro que pega los engranajes de nuestra imaginación, hasta que nuestro pensamiento innovador finalmente se detiene por completo. Para empeorar las cosas, las personas religiosas a menudo son los mayores obstaculos a las nuevas ideas y al pensamiento de posibilidades. Cuando los creyentes finalmente se atreven a dejar el camino trillado del pensamiento limitado, a menudo se los tilda de herejes o líderes de culto. El hecho es que muchos cristianos tienen más fe en la capacidad del diablo para engañarnos que en la capacidad del Espíritu Santo para guiarnos a “toda la verdad”. Debemos admitir que pensar es un asunto arriesgado. ¡La inconsciencia, sin embargo, es muerte segura!
La esperanza en el futuro es el elemento esencial para acceder al pensamiento ilimitado. En otras palabras, para aprovechar el pensamiento eterno, debemos creer que se supone que hay un futuro.
Somos la luz del mundo (no la luz de la Iglesia). Como José en los días de Faraón, tenemos el encargo de traer soluciones celestiales a situaciones terrenales. Y como José, cada vez que tocamos el mundo, traemos con nosotros la riqueza del Reino de nuestro Padre, la vida abundante de su divina providencia y su habilidad sobrenatural para hacer lo imposible en cada situación.
Capacidad.
El diccionario Webster define la capacidad como “el potencial o la idoneidad para retener, almacenar o acomodar”. Con esto en mente, imagine su negocio, como un gran frasco de vidrio, e imagine a sus clientes como agua que se vierte en el frasco. Por supuesto, el frasco prácticamente no ofrece restricciones ni restricciones hasta que alcanza su capacidad máxima. Pero una vez que está lleno, no puede contener más agua, no importa lo rápido o lento que vierta.
Algo interesante sucede a través de la evolución de nuestra innovación: cada vez que mejoramos una cosa, esa misma innovación nos obliga a mejorar o mejorar otra cosa. Un ejemplo simple que recuerdo fue cuando, en mi negocio, agregamos más líneas telefónicas para eliminar las constantes llamadas de ocupado. Las líneas adicionales tuvieron efectos secundarios inesperados. De repente, no había suficiente personal para responder las llamadas, por lo que pasamos de sonar como líneas ocupadas a clientes esperando. Desafortunadamente, creo que las personas a menudo descubren que están a plena capacidad cuando dejan de ser completamente funcionales o cuando se estrellan en algún área de sus vidas.
Si no evaluamos nuestra capacidad y no entendemos nuestros límites, en algún momento probablemente volaremos nuestra vida. Es tu habilidad para hacer crecer tu capacidad lo que hace que te conviertas en una persona verdaderamente próspera.
Para hablar de capacidad desde el punto de vista de Jesús, veamos la historia de Mateo 25: 14–28, donde Jesús contó acerca de un maestro que reunió a sus siervos y les dio a cada uno una suma de dinero, de acuerdo con su capacidad. Al amo le dio al primer siervo cinco talentos. Un talento valía alrededor de $30,000 en los fondos de hoy, por lo que el primer hombre recibió aproximadamente $150,000. El segundo siervo recibió tres talentos, o $90,000, y el tercero recibió un talento, o $30,000. Una vez más, la cantidad de dinero que recibieron estaba directamente relacionada con su capacidad, o podría decirse con su capacidad, para administrar la riqueza.
- Lo que se le ha dado monetariamente es directamente proporcional a su capacidad para administrarlo.
A cada uno de los sirvientes se le dio dinero equivalente a su capacidad. En otras palabras, su capacidad personal determina el nivel de su riqueza.
- Si es fiel, tanto su inversión como su capacidad de riqueza crecerán.
Dos de los sirvientes fueron fieles en lo que tenían la capacidad de manejar, y luego de su éxito económico, se les dio aún más.
- El riesgo expande nuestra capacidad de riqueza; ¡lo que no use, lo perderá!
El tercer sirviente escondió su dinero por miedo al fracaso. Su amo le quitó el dinero y se lo dio al tipo que ya tenía más dinero, porque ese hombre era el sirviente más sabio y fiel. ¡Lo que no uses, lo perderás!
El riesgo expande nuestra capacidad de riqueza. Sin riesgo, nos atrofiamos en la apatía o nos marchitamos de miedo. De hecho, Jesús llamó fieles a los siervos que aumentaron sus riquezas y llamó perezosos y malvados al que se negaba a correr riesgos.
Solo puedes crecer en Dios si tomas riesgos sabios y en oración que pongan sus talentos en el fuego de la fidelidad y el trabajo arduo.
4. En el reino, la fidelidad es un signo de alma próspera y atrae dinero.
El reino de Dios en realidad hace que los ricos se vuelvan más ricos y que los pobres se vuelvan más pobres. O tal vez una mejor manera de verlo es que la fidelidad es un signo de un alma próspera, que en consecuencia atrae dinero. Todo el mundo empieza por atraer dinero de acuerdo con su habilidad o capacidad actual. Aquellos que son administradores fieles y sabios asumen riesgos e invierten el dinero. El Señor honra el riesgo de los fieles y hace que su dinero crezca. A medida que crece el dinero, Dios bendice a las personas a las que se les dio la mayordomía del dinero y aumenta su capacidad para manejar aún más dinero. . . Y el ciclo continúa.
- Las personas que parecen “víctimas” en realidad están viviendo las ramificaciones financieras de sus propias acciones.
He descubierto que, aunque la pobreza sistémica es compleja, la falta de habilidad y comprensión sobre cómo funciona la economía es a menudo una de las causas fundamentales de la pobreza.
Una mirada práctica a la prosperidad.
En la parábola de los talentos, los esclavos recibieron dinero según su capacidad. En la parábola de las minas, se les dio alrededor de $500 a cada uno, y todos recibieron la misma cantidad de dinero. En la parábola de los talentos, los esclavos fieles le dijeron al amo: “He logrado obtener más talentos”. En la parábola de las minas, los esclavos fieles le dijeron al amo: “Tus minas han producido más minas”. En la parábola de los talentos, los esclavos fieles fueron recompensados con muchas “cosas”. En la parábola de las minas, a los esclavos fieles se les dio autoridad sobre “ciudades”. La parábola de los talentos nos enseña que Dios recompensa el trabajo duro y la fidelidad, pero la parábola de las minas nos muestra que el secreto de tener autoridad sobre las ciudades radica en la capacidad de comprender el poder de la riqueza.
El Señor básicamente dijo: “Si puedes descubrir cómo crear un ecosistema saludable donde el dinero genere dinero, entonces deberías tener autoridad sobre ciudades”. La connotación es que Dios está buscando personas que sean arquitectos de una cultura de riqueza para dirigir ciudades, porque Él quiere que las ciudades prosperen. Tenemos un río en nosotros, no un estanque. Esto significa que el poder de generar riqueza debe beneficiar al mundo que nos rodea, no quedarse estancado en nuestra alma.
LECCIONES PRÁCTICAS DE NEGOCIOS.
A continuación leyes que he aprendido para negociar.
La ley de los Negocios.
Los tres elementos básicos del negocio son: precio, calidad y servicio. Yo descubrí que para tener éxito en los negocios, es necesario elegir al menos dos de estas tres opciones.
La ley de las Expectativas.
El secreto del éxito de cadenas o franquicias como McDonald’s no está en su salsa, ni siquiera en sus papas fritas. De hecho, está en su sistema. Para demostrar mi punto, permítame hacerle una pregunta. ¿Puede usted hacer una mejor hamburguesa que McDonald’s? La mayoría de la gente respondería afirmativamente. Entonces, ¿por qué usted no se ha convertido en alguien multimillonario?
La gente va a MacDonalds porque obtienen lo que esperan, día tras día. McDonald’s solo puede prometer una hamburguesa calificación de nivel 5 de 10, pero dado que entregan una hamburguesa de nivel 5 todos los días del año, cada hora del día, en todos los países del mundo, obtienen la mayor parte del negocio.
El negocio se basa en la confianza. Confianza significa que usted crea expectativas que cumple constantemente. La forma más rápida de romper la confianza es prometer demasiado y tener un rendimiento inferior. Recuerde esto: su repetición se convierte en su reputación. La publicidad y el marketing pueden hacer que las personas entren en la puerta, pero solo la coherencia hará que regresen.
Muchas personas son extremadamente talentosas y son capaces de entregar un nivel 10 cada vez que están a la altura (hablando metafóricamente), pero son inconsistentes, irresponsables e inmaduras. Debido a que son mucho más capaces que el resto de los miembros del equipo, a menudo se sorprenden de que nadie los quiera en su equipo. Sin embargo, no puede contar con que se desempeñen de manera consistente, porque carecen de carácter.
Una cultura de prosperidad se basa en la confianza que a su vez se basa en la coherencia. Ya sea que esté construyendo una gran empresa o simplemente haciendo vida con sus amigos, cumplir con las expectativas hacia una vida próspera.
La Ley del Favor.
Jesús dio una enseñanza acerca del favor que habla de la generosidad: “Háganse amigos por medio de las riquezas de la injusticia, para que cuando se acabe, los reciban en las moradas eternas” (Lucas 16: 9).
¡Jesús nos dijo que hagamos amigos por medio del dinero! Simplemente nos está enseñando sobre el poder de la generosidad. Ciertamente no podemos transformar ciudades si no le agradamos a nadie, o si no tenemos el favor de gene influyente. También es cierto que hay muchas formas diferentes de ganarse el favor, pero en un mundo influenciado por el dios del dinero, la generosidad realmente abre puertas a nuevas amistades.
La Ley del Vecindario.
Probablemente haya escuchado esta ley cientos de veces, pero las ramificaciones pueden ser más profundas de lo que cree: “Nunca compre la mejor casa en un mal condominio”. No habrá forma de que pueda mejorar el valor de su casa, porque ya es la mejor casa del vecindario. La única forma en que su inversión aumentará en valor es si el vecindario mejora drásticamente o si cambia alguna otra condición externa. Comprar la peorcasa en un excelente vecindario suele ser la mejor inversión que puede hacer en cualquier ciudad. En nuestra ignorancia, nos convertimos en reyes de castillos de arena o propietarios de barrios marginales, en lugar de sacerdotes reales e hijos de Dios. Su vida es una pieza de un ecosistema mucho más grande. Sea consciente de su entorno y de cómo los ecosistemas de otras personas afectarán su vida.
La Ley de “seguir gastando en cosas que no valen la pena”.
Tenemos una tendencia a invertir más dinero en algo por puro sentimiento que debemos evitar. A menudo, esto sucede porque invertimos dinero en algo como un automóvil, moto o propiedad para arreglarlo, pero luego se descompone de nuevo, por lo que invertimos aún más dinero en él. En algún momento, el dinero que gastamos para arreglarlo, se convierte en la razón por la que le estamos gastando más dinero.
La ley del Precio.
El precio es un arte que debe tomarse en serio. En lugar de reducir simplemente el precio y darlo mñas barato, ofrezca un descuento único. Por ejemplo, si su costo en un producto es de $1 y ofrece su producto a $5, pero luego ofrece un descuento único del 50%, acaba de decirle a su cliente que el valor de su producto es $5, a pesar de que lo están comprando al precio de oferta de $2.50. Este valor no se basa en el costo. Aunque hizo un descuento, la percepción para us clientes será diferente.
La ley del Riesgo.
Dejeme compartirle sabiduría de Salomón sobre la inversión de riesgo: “arroje su pan sobre la superficie de las aguas, porque lo encontrará después de muchos días. Divida su porción en siete, o incluso en ocho, porque no sabe qué desgracias puede ocurrir en la tierra. Si las nubes están llenas, derramarán lluvia sobre la tierra; y si un árbol cae hacia el sur o hacia el norte, dondequiera que el árbol cae, ahí está. El que mira el viento no sembrará y el que mira las nubes no segará. Así como no conoces el camino del viento y cómo se forman los huesos en el vientre de la mujer encinta, tampoco conoces la actividad de Dios que hace todas las cosas. Eclesiastés 11: 1–5
- Eche su pan al agua y volverá a ti en el futuro.
Haga inversiones a largo plazo que pagarán dividendos en el futuro. La gente pobre vive para hoy, la gente de clase media vive para su jubilación, pero la gente rica vive para dejar un legado. ¡Piense en el legado!
- Divida su porción en siete o en ocho.
Distribuya su dinero en varios tipos de inversiones para proteger sus activos de calamidades que no puede prever.
- Las nubes arrojan lluvia cuando están llenas.
Una inversión llegará a su vencimiento a su debido tiempo, así que tenga paciencia.
- Un árbol cae al norte o al sur; donde sea que caiga, se queda ahí.
No apueste adivinando en qué dirección va a caer el árbol. Más bien, invierta en lo inevitable. Financiar un futuro seguro no es apostar, mientras que apostar el dinero que tanto le costó ganar en elementos impredecibles definitvamente no será prudente.
- El que mira el viento y la lluvia no sembrará, y el que mira las nubes no segará. No sabes cómo se forman los huesos en una mujer embarazada, ni entiendes las actividades de Dios.
Si espera las condiciones perfectas para hacer negocios, nunca invertirá. Pero si confía sus inversiones a Dios, Él las hará florecer de maneras misteriosas y, a veces, milagrosas.
Debería considerar desarrollar al menos cinco fuentes de ingresos para que no dependa de su “trabajo” como la única —o incluso la principal— fuente de ingresos. Y finalmente, invierta en el futuro de sus nietos. De hecho, suena con una generación que nunca verás y siembra en sus vidas. Salomón lo expresó de esta manera: “El hombre bueno deja herencia a los hijos de sus hijos” (Proverbios 13:22). ¡Este es el camino de los nobles, el camino de los ricos!
Dominar la Motivación.
Los planes de Dios siempre son más grande que los nuestros. El Reino de Dios tiene sus raíces en una cultura de recompensas.
“Sin fe es imposible agradarle, porque el que se acerca a Dios debe creer que Él existe y que es galardonador de los que le buscan” Hebreos 11: 6.
“Ahora el que planta y el que riega son uno; pero cada uno recibirá su recompensa según su propio trabajo ”1 Corintios 3: 8.
“He aquí, yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para dar a cada uno según lo que haya hecho”.
La forma en que maneja su apetito por la recompensa es vital para lo que se está convirtiendo. Si será una persona noble o un sinvergüenza, depende de usted. Pero negar que quiere una recompensa no es humildad; es una estupidez! Así que olvídese de sí mismo, cuide sus motivos y use la recompensa para inspirarlo y provocarlo a lograr grandes cosas para el reino.