Un hombre del reino por Tony Evans
Escrito por el pastor Tony Evans, es sin lugar a dudas el mejor y más desafiante libro que he leído. Si usted es hombre y quiere ser retado, le animo a leerlo. A mí me confrontó y me ayudó a tomar muchas decisiones que impactaron para bien mi vida.
El autor indica que muy pocos hombres que entienden qué significa -ser alineados con Dios-; sin embargo, la mayoría exigimos obstinadamente que nuestra esposa se alinee debajo de nosotros.
Tony Evans indica que cuando tenía diez años, lo único que había conocido en su hogar hasta entonces era el caos. Él era el mayor de cuatro hermanos y para todos ellos el ambiente era muy inestable. Su padre y su madre estaban constantemente en conflicto, por lo que el divorcio parecía ser la única salida. No obstante; el ejemplo que su papá le ofreció cuando cumplío diez años cambió su vida para siempre. A su mamá no le gustaba su padre como pecador, pero mucho menos le gustó como santo. Luego de que su papá se hizo cristiano, su mamá hizo todo lo posible por complicarle la vida. Su papá ni siquiera podía leer la Biblia sino hasta después de que ella se iba a dormir, porque ella le hacía la vida miserable cada vez que lo hacía. Sin embargo, su papá estaba comprometido para alinearse en sujeción a Dios, así que hacía todo lo posible para demostrarle amor, a pesar de la forma en que ella lo trataba.
En lugar de divorciarse de ella, la amó incondicionalmente. Día tras día y mes tras mes, su mamá intentó mil y una formas de cortar la concentración que su papá tenía con Dios y de conseguir que él dejara de amarla. Pero nada funcionó. El Señor Evans se mantuvo tranquilo, constante y cariñoso.
Una noche muy tarde, cerca de la media noche la señora Evans bajo las escaleras con lágrimas en los ojos. El Señor Evans estaba leyendo su Biblia. Cuando él vio sus lágrimas, le peguntó qué estaba sucediendo.
Ella le dijo que no podía entender cómo era posible que cuanto más lo rechazaba, cuanto más cruel era con él y trataba de demostrarle que creer en Dios estaba mal, él era más amable con ella y más invertía en la Palabra.
“Yo quiero lo que tú tienes, le dijo; porque debe ser real.”
En ese instante ambos se pusieron de rodillas y el Señor Evans llevó a la Señora Evans a Cristo. Luego de eso, llevó también a todos sus hijos a Cristo, y día a día fue un ejemplo para ellos del valor de convertir a Dios y a su Palabra en el punto central de todo lo que hicieran.
El autor reconoce que si su papá no hubiera demostrado la valentía de estar dedicado a Dios y a su familia pese a la fuerte oposición, su hogar se hubiera convertido en una estadística. Él y sus hermanos habrían terminado como víctimas.
No alcanzan las palabras para enfatizar suficientemente el impacto que el padre tiene en su hogar, el impacto que provoca el marido en el matrimonio, y el impacto que causa un hombre en una iglesia o en una comunidad. Mi padre, dice el autor, causó impacto tan drástico en mi vida que alteró su trayectoria y, como consecuencia, ha influenciado a más personas de las que podrá llegar a conocer mientras esté en este mundo.
A la inversa, la ausencia de hombres del reino no solamente ha debilitado a muchas de nuestras familias y las ha hecho vulnerables a los ataques, sino que además ha conducido a nuestro país a uno de los estados económicos, sociales y espirituales más vulnerables que jamás hayamos tenido.
Tony Evans recomienda acerca del matrimonio: “Lo que usted necesita saber de la mujer es que puede recibir y responder negativamente en la misma medida que puede recibir y responder positivamente. Si le hace o le dice cosas incorrectas, ella puede llegar a reaccionar de una manera que refleje lo que está recibiendo. Por ese motivo, usted podría terminar con un corazón fastidiado o ingobernable. Si a ella le falta atención o protección, recibirá eso y responderá haciendo todo lo imposible como para no correr el riesgo de volver a ser defraudada. Ella no está haciendo otra cosa que responder según lo que usted le está ofreciendo. Ella es un espejo que refleja el impacto que usted, u otros hombres, han tenido en ella.
Sin embargo, recuerde que esto puede llevar tiempo. Dependiendo de cuánto tiempo un verdadero hombre (no uno ficticio*) haya estado ausente en la vida de una mujer, eso podría ser el tiempo que le tome a ella recibir y responder, porque necesita estar segura de que la hombría es verdadera cuando se manifieste. No se va a exponer a sí misma de una forma vulnerable nada más porque usted le diga que escuchó un buen mensaje, leyó un buen libro, fue a una conferencia o leyó un blog*.
Cuando usted sea un hombre del reino, cuando ella lo escuche decir: “Yo me hago cargo”, cuando usted lidere con compasión, coherencia y sabiduría, cuando la involucre en TODAS las decisiones importantes, y cuando valore sus aportes y sus deseos, usted descubrirá que su relación con ella alcanzará un nivel que nunca soñó fuera posible. Para que un hombre pueda estar como autoridad “sobre una mujer”, él debe tomar seriamente la responsabilidad que tiene por el bienestar de ella. Debe cubrirla de manera tal que ella se sienta libre para responder bien.
Señores, cuando ustedes dirigen bien, no hace falta presionar, arrastrar, exigir ni regañar a la mujer para que cumpla con su papel en la familia. Cuando usted dirige bien y ella se siente segura porque sabe que puede responder a su autoridad porque usted se somete a la autoridad de Cristo, ella le responderá si es que tiene algo de sensibilidad espiritual.
Señores, ustedes realmente tienen un enemigo por vencer. Hay una legión de sus secuaces que todos los días vienen contra ustedes y sus seres amados para competir cara a cara y ver quién se irá con la gloria, Satanás o Dios.
Cualquier hombre que culpe a su esposa por el caos que hay en su casa, sin aceptar simultáneamente su parte de responsabilidad para enfrentar el problema, declara públicamente su falta de hombría bíblica. He aconsejado a suficiente cantidad de hombre como para saber que, a pesar de que por fuera parezcan satisfechos, por dentro muchos de ellos se sienten ahogados y sofocados porque no saben cómo ser hombres.
Se lo recomiendo!